Los Códices
Los Sabios Mayas de Palenque (Chiapas, México) supieron algo al estudiar el cosmos y sus calendarios sagrados. Ellos tenían un mensaje para transmitir a las generaciones de este tiempo y dejaron señales a través de signos y jeroglíficos para que los descubriéramos.
¿Pero qué dicen esos códices y esas profecías?
Uno de estos códices secretos dice que en 1475 el consejo supremo de los mayas reveló que comenzaba un ciclo de 520 años, que concluiría en la primavera de 1995, y que coincidiría con el fin del periodo de oscuridad que los españoles traerían a estas tierras años más tarde, algo que también supieron que iba a suceder.
Por eso comenzaron a ocultar sus textos sagrados, ya que Colón llegaría a América en 1492 y Cortés, a México el año 1519. Estos sabios mayas profetizaron que a partir de 1995 comenzará la era de Itza o la edad del conocimiento.
La Profecía
Se dice que entre el año 1995 y el 2012 la humanidad recibirá la luz del conocimiento desde el corazón de la galaxia. Dicen que esto sucederá cuando los seres humanos despierten sus cuerpos de luz y trasciendan sus sombras. Así, es posible recibir la luz del conocimiento y llegar a ser seres luminosos. El cuerpo dormido de la humanidad debe despertar. Ésta es la razón por la que, desde hace algún tiempo, han comenzado a volver mayas del tiempo del esplendor de su pueblo a entregarnos las claves que harán efectivo ese despertar, entregándonos su antiguo conocimiento secreto. Estos conocimientos sagrados nos prepararán para la edad de Itza, una edad de conocimiento, que dicen comenzará a finales del año 2012.
Su visión del mundo no era planetaria, tenían una conexión con el centro de la galaxia , por eso sus ciclos del tiempo no tenían una escala humana.
Los mayas piensan que el mundo tal y como lo conocemos hoy, finalizará después de estos trece últimos baktunes. El 13 es el número sagrado maya, el número del movimiento y el más elevado.
La humanidad ya vivió varios ciclos antes del que nos encontramos actualmente. Uno de ellos sería el de la Atlántida, que concluyó con la desaparición de este continente. Su conocimiento fue a parar a Egipto y al golfo de México. Esto explicaría la cultura olmeca y el origen de sus conocimientos secretos. Hubo tres grandes ciclos más, correspondientes a otras grandes civilizaciones de la humanidad, que al igual que la Atlántida, también desaparecieron. Ahora otro gran ciclo estaría a punto de concluir.
Hay un flujo de acontecimientos que no podemos dominar. Estamos todos en un río que ¡hay, quién sabe a dónde nos llevará!. Es su decisión qué hacer o no hacer dentro de ese río. Oponerse a su corriente o fluir con él, dejándose llevar.
Ya están las semillas dentro de nosotros. Estamos en el inicio del renacimiento de la civilización maya. Y todos nosotros podemos ser mayas. Ser maya no es una cuestión racial, sino espiritual. Maya es alguien armonizado con la Tierra y con el universo.
Los mayas no hablan del fin del mundo, es más, específicamente dicen que todo se transforma, que lo único que permanece es el espíritu en su viaje de evolución hacia niveles superiores.
La primera profecía anuncia el final del presente ciclo, que desde 1999 quedan 13 años y que cada hombre está en el salón de los espejos para encontrar en su propio interior su naturaleza multidimensional... que nuestro sol gira alrededor de Alción, el sol central de las Pléyades, y que ambos sistemas giran alrededor de la mente, y en el centro de la galaxia, en un giro que dura 200 millones de años.
Con esta profecía los mayas quieren abrir la mente del hombre a la galaxia. Dejan codificado en su calendario la fecha clave para la transformación definitiva: a fines del año 2012.
La Segunda Profecía
La segunda profecía dice que las respuestas a todo están en el interior del hombre, que su comportamiento determina su futuro y afirma que la humanidad se encuentra en un momento de transición fundamental hacia una nueva manera de percibir el universo... que la tierra y el sistema solar están recibiendo un haz de luz, energía e información desde el centro de la galaxia, que está provocando un aumento en la vibración del planeta, de las ondas cerebrales y las células del hombre, que se están poniendo en resonancia, en equilibrio con la nueva frecuencia, ocasionando enormes cambios en su comportamiento.
La segunda profecía muestra dos caminos: uno de comprensión y tolerancia, otro de miedo y destrucción. En ambos se aprenden las lecciones necesarias para la evolución de la conciencia. Somos nosotros los que debemos decidir cuál de los dos tomamos; son el cielo y el infierno manifestados simultáneamente.
Nos dice que la humanidad se dirige hacia una nueva época de armonía, que para llegar a ella tenemos que enfrentar nuestros grandes miedos y aceptar que las situaciones difíciles, que vivimos para aprender , conservando la paz en cualquier situación que vivamos, por difícil que sea, pues podremos mantener y aumentar nuestra energía interna produciendo un estado de vibración alta y un estado de respeto por todo lo que existe. Las situaciones difíciles estarán en nuestras vidas mientras necesitemos aprender algo de ellas.
La tercera profecía dice que debemos tomar conciencia de nuestra influencia en el planeta para no seguir equivocándonos, provocando su destrucción, como ha sucedido a lo largo de la historia... que los procesos de industrialización sin sentido ecológico han provocado con sus desechos un aumento general en la temperatura del planeta y que esto se acentuará con el aumento de la actividad del sol, causado por la energía que se recibe desde el centro de la galaxia, ocasionando grandes cambios en el clima y en los vientos.
Serán vórtices de energía que limpiarán la superficie de la tierra, que son la manifestación de la inconformidad de nuestro planeta y de las energías elementales contenidas en su interior.
La cuarta profecía nos dice que el hombre debe terminar con su conducta depredadora para sincronizarse con los ritmos de la naturaleza y ajustarse a los cambios que llevarán a todo el universo a una era de armonía, que los cambios en el clima producirán el derretimiento de los polos, permitiendo que la tierra se limpie y reverdezca nuevamente, originando grandes cambios en la composición física de los continentes donde vivimos.
Todas las profecías buscan un cambio en la mente del hombre, pues el universo está generando todos esos procesos para que la humanidad se expanda por la galaxia comprendiendo su integridad fundamental con todo lo que existe.
La quinta profecía dice que todos los sistemas basados en el miedo, sobre los que está fundamentada toda nuestra civilización, se transformarán simultáneamente con el planeta y el hombre para dar paso a una nueva realidad de armonía.
Los sistemas fallarán para enfrentar al hombre consigo mismo, hacerlo ver la necesidad de reorganizar la sociedad y continuar en el camino de la evolución que nos llevará a comprender la cocreación. El dinero dejará de usarse como medio de intercambio, y los síntomas que surgen desde distintas partes del mundo parecen confirmarlo.
Surgiría un solo camino espiritual común para toda la humanidad que terminará con todos los límites establecidos entre las distintas maneras de ver a Dios.
El nuevo día galáctico está anunciado en todas las religiones y cultos como una época de paz y armonía para toda la humanidad. Es claro entonces que todo lo que no produzca este resultado debe desaparecer o transformarse. La nueva época de luz y de armonía universal no puede tener una humanidad basada en la economía militar de imposición de verdades por la fuerza ni en un sistema no equitativo de distribución de la riqueza representado en el dinero, la riqueza virtual y la especulación financiera.
El Tiempo del No Tiempo
El amanecer de la galaxia debe basarse en el profundo respeto de los unos por los otros, y en el reconocimiento de que todo lo que existe es como otra parte de cada uno. Por eso, no se necesitarán aparatos represivos ni los sistemas tecnológicos de comunicaciones existentes, pues el hombre estará conectado mentalmente, por lo que la violencia dejará de existir.
Estamos en el final del ciclo de la noche de 5125 años. En el final de un día galáctico de 26.000 años, a punto de entrar en el amanecer de la galaxia. La época de cambio que los Mayas denominaron "El tiempo del no tiempo", que también fue profetizada por otra culturas y religiones. Todas coinciden en que está a punto de suceder un cambio de grandes proporciones y, al final del último giro aproximadamente, vendría un período de caos que conduciría a una nueva fase de la evolución de la conciencia y a cambios sin precedentes en el hombre.
La sexta profecía Maya dice que en los próximos años aparecerá un cometa cuya trayectoria pondrá en peligro la existencia misma del hombre. Los Mayas veían a los cometas como agentes de cambio que venían a poner en movimiento el equilibrio existente, para que ciertas estructuras se transformaran y permitieran la evolución de la conciencia colectiva. Todas las cosas tienen el lugar que les corresponde, todas las circunstancias, aun las más adversas, son perfectas para generar comprensión sobre la vida y para desarrollar la conciencia sobre la creación.
La Séptima Profecía
La séptima profecía nos habla del momento en que en el sistema solar, en su giro cíclico, sale de la noche para entrar al amanecer de la galaxia. Dice que en los 13 años que van del año 1999 al 2012, la luz emitida desde el centro de la galaxia, sincroniza a todos los seres vivos y les permite acceder voluntariamente a una transformación interna que produce nuevas realidades y todos los seres humanos tienen la oportunidad de cambiar y romper sus limitaciones recibiendo un nuevo sentido, la comunicación a través del pensamiento. Los hombres que voluntariamente encuentren su estado de paz interior elevando su energía vital llevando su frecuencia de energía vital del miedo hacia el amor, podrán captar y expresarse a través del pensamiento, y con él, florecerá el nuevo sentido.
La energía adicional del rayo emitido da la oportunidad a los hombres que estén en una frecuencia de vibración alta, y en ese sentido, ampliará la conciencia de todos los hombres, generando una nueva realidad individual, colectiva y universal.
La reintegración de las conciencias individuales de millones de seres humanos despertará una nueva conciencia en la que todos comprenderán que son parte de un mismo organismo gigantesco. La capacidad de leer el pensamiento entre los hombres revolucionará totalmente la civilización.
En ese momento comprenderemos que somos parte integral de un único organismo, y nos conectaremos con la tierra , los unos con los otros, con nuestro sol y con la galaxia entera. Todos los hombres comprenderán que el reino mineral, vegetal, animal, y toda la materia esparcida por el universo a todas las escalas, desde un átomo, hasta una galaxia, son seres vivos, con una conciencia evolutiva. A partir del año 2012, todas las relaciones estarán basadas en la tolerancia y la flexibilidad, pues el hombre sentirá a los otros , parte de sí mismo.
Transformación Interna
La séptima profecía Maya nos recuerda que sólo nuestra propia transformación interna puede conducirnos a nuevos sentidos, darnos salud e integrarnos con todo el mundo en una nueva realidad de paz y armonía.
La aceptación de todos los eventos, fáciles o difíciles, alegres o tristes como oportunidades de aprendizaje de las que sólo puede resultar un beneficio personal, traerá la independencia interior y la armonía. Se requiere un trabajo interior voluntario para aceptar y comprender la evolución de la creación, un trabajo diario que se refleje en todas las circunstancias de la vida y que conduzca a la paz interior.
Además, afima que la comprensión y aceptación de ese proceso de evolución llevará al aprendizaje y al crecimiento espiritual a través de la armonía. Millones de hombres encontrarán su paz interior, y al hacerlo, podrán abrir los archivos históricos de todo lo que han vivido, pues sólo en ese momento, los podrán ver sin juzgarlos como parte de un proceso de armonización. Aparecerá una nueva cosmovisión espiritual, las relaciones se establecerán a partir de los puntos de unión y no de separación, los hombres serán flexibles y buscarán la paz. Estos cambios ocurrirán en los niveles físico, mental y espiritual, en todas las escalas: individual, familiar, comunal, planetaria, y galáctica. La mayor transformación ocurrirá cuando se comprenda al universo como un proceso de evolución eterna de la conciencia de los seres.
Esto traerá respeto por la conducta de los demás, se acabará con los prejuicios y se comprenderá que todos las experiencias conducen, inevitablemente, a una mayor armonía.